La Industria de la Ciencia

El desarrollo de la fusión nuclear en Europa ha experimentado avances significativos en las últimas décadas, convirtiéndose en un campo de investigación clave para abordar la creciente demanda de energía sostenible. La Unión Europea ha liderado varios proyectos, entre ellos el ITER (Reactor Termonuclear Experimental Internacional), una colaboración global que busca desarrollar tecnologías de fusión avanzadas. Estos esfuerzos no solo tienen implicaciones en términos de energía limpia, sino que también han desencadenado importantes oportunidades de desarrollo industrial y de capacitación científico-técnica para empresas españolas en el sector de la industria de la ciencia.

En primer lugar, la participación de empresas españolas en proyectos de fusión nuclear ha impulsado la transferencia de conocimientos avanzados y tecnologías innovadoras. La colaboración en iniciativas como ITER ha permitido que empresas españolas se beneficien de la experiencia de científicos e ingenieros de diversas nacionalidades, creando un ambiente propicio para el intercambio de ideas y la adquisición de habilidades especializadas. Esta transferencia de conocimientos contribuye al desarrollo de una fuerza laboral altamente calificada en España, lo que fortalece la competitividad de las empresas en el ámbito internacional.

Además, la participación en proyectos de fusión nuclear ofrece oportunidades para el desarrollo de capacidades tecnológicas avanzadas. Las empresas españolas que participan en la construcción de componentes críticos para reactores de fusión, como los sistemas de plasma y los materiales de fusión, están a la vanguardia de la innovación en ingeniería y materiales. Esto no solo mejora la posición de estas empresas en el mercado nacional, sino que también las coloca en una posición estratégica para competir en la creciente industria de la fusión a nivel mundial.

El impacto positivo se extiende también a la creación de empleo altamente especializado. La necesidad de ingenieros, científicos y técnicos especializados en fusión nuclear ha llevado a un aumento en la demanda de profesionales en estos campos en España. Esto no solo beneficia a las empresas directamente involucradas en proyectos de fusión, sino que también estimula la formación académica y técnica en instituciones educativas españolas, asegurando un flujo constante de talento en el sector.

El segmento de Física de Partículas es, posiblemente, uno de los segmentos de la industria de la ciencia que mayor influencia tiene en nuestras vidas. La world wide web (www), sin la que no existiría internet tal y como lo conocemos hoy en día, no fue en sus inicios más que una solución para el problema de compartir con el resto del mundo la información obtenida en los laboratorios del CERN (Ginebra). La utilización de distintas partículas y detectores, ha revolucionado tanto el diagnóstico (mediante técnicas de imagen cada vez menos intrusivas) como el tratamiento de enfermedades (cánceres mediante radioterapias). Todo aquel que haya tenido en su casa un televisor de tubo catódico, ha tenido un pequeño acelerador de partículas, donde haces de electrones colisionaban contra pantallas de fósforo para producir la imagen.

Estos y otros muchos hitos tecnológicos de nuestra vida diaria han llegado gracias al conocimiento, cada vez más profundo, de la estructura más básica de la materia y de los procesos y equipos que fue necesario crear para conseguir ese conocimiento. La necesidad de manejar y transmitir las ingentes cantidades de datos obtenidos en los grandes aceleradores está en el origen de la mencionada www, que poco después se hizo ubicua en todo el mundo con un enorme impacto en la vida cotidiana.

Actualmente se calcula que en el mundo existen cerca de 30000 aceleradores de partículas (http://www.acceleratorsamerica.org/), de las que cerca de la mitad están en hospitales, y algo más de un centenar se utilizan para fines científicos. Su construcción y explotación, sobre todo la de estos últimos, implica grandes retos de cuyas soluciones se obtienen avances importantes tanto para la ciencia como para la sociedad en general.

El sistema de Ciencia y Tecnología español tiene una larga e intensa tradición de investigación en Física de Partículas con un buen número de equipos de investigación e instalaciones singulares entre las que destacan el Sincrotrón Alba (Barcelona), el Laboratorio Subterráneo de Canfrán (Huesca), el Centro Nacional de Aceleradores (Sevilla) y la Fuente de Neutrones por Espalación (Bilbao) y el Linac Research Facility (Huelva), ambos en construcción. Asimismo, nuestros científicos participan en las Grandes Instalaciones Internacionales como las del CERN (Suiza) y otras en distintos países.

Las empresas españolas de la Industria de la Ciencia, en colaboración con esa comunidad científica, vienen desarrollando y suministrando equipos, instrumentos, detectores, y sistemas auxiliares para las instalaciones científicas de Física de Partículas tanto nacionales como internacionales, desde hace muchos años. Sus capacidades y reconocida experiencia, las sitúa como proveedores de confianza en el desarrollo de las nuevas instalaciones, así como en los requipamientos de las ya existentes.

El desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en Europa ha sido un catalizador clave para el progreso industrial y la capacitación científico-técnica, y las empresas españolas en el sector de la industria de la ciencia han desempeñado un papel destacado en este avance. Europa ha sido un epicentro de innovación en TIC, con numerosas iniciativas y proyectos que han influido significativamente en el panorama global.

Las TIC han revolucionado la forma en que las empresas operan, facilitando la automatización, la conectividad y la toma de decisiones basada en datos. En este contexto, las empresas españolas en el sector de la industria de la ciencia han adoptado activamente tecnologías como la inteligencia artificial, el internet de las cosas (IoT) y la analítica de datos para mejorar la eficiencia y la calidad en sus procesos.

La participación en proyectos europeos de investigación y desarrollo en el ámbito de las TIC ha permitido a las empresas españolas mantenerse a la vanguardia de las últimas tendencias. La colaboración en programas como Horizonte 2020 ha fomentado la cooperación transnacional, facilitando el intercambio de conocimientos y la formación de consorcios que reúnen expertos de diversas regiones europeas. Esto ha propiciado el desarrollo de soluciones tecnológicas avanzadas y ha contribuido a la creación de estándares internacionales.

Además, el impulso de las TIC ha influido en la formación de profesionales científico-técnicos en España. La demanda de expertos en áreas como ciberseguridad, análisis de datos y desarrollo de software ha llevado a un énfasis creciente en la formación en estas disciplinas. Las universidades y centros de investigación españoles han respondido adaptando sus programas académicos para satisfacer las necesidades del mercado laboral en constante evolución, asegurando que los graduados estén equipados con las habilidades requeridas por la industria de las TIC.

Desde una perspectiva industrial, las TIC han impulsado la competitividad de las empresas españolas al mejorar la eficiencia operativa y fomentar la innovación en productos y servicios. La digitalización de procesos ha permitido una mayor flexibilidad y agilidad, adaptándose a un entorno empresarial dinámico y cambiante.

El conocimiento del espacio que nos rodea ha sido una de las primeras aplicaciones de la mente humana en su evolución. Predecir los ciclos que influían en la dinámica de la tierra, tratar de comprender las leyes que rigen la aparición y desaparición de los astros en el cielo, explicar los fenómenos singulares (eclipses, lluvias de meteoritos, posición, tamaño y color de la luna,…) y su relación con el hombre, ha sido y es una de las tareas científicas de mayor dedicación. Desde los primeros observatorios persas, mayas, indios y chinos, hasta los potentes sistemas de radio-antenas para la investigación del espacio profundo, el hombre ha ido perfeccionando sus instrumentos de observación y testeo y de esa manera ha logrado entenderlo mejor y empezar a aventurarse en esa inmensa frontera. Hoy sabemos que el origen de la vida está en fenómenos que se siguen produciendo en el universo. El futuro de la especie humana pasa sin duda por ese mejor conocimiento del espacio exterior a nuestra atmosfera.

La Astrofísica se ha desarrollado de manera vertiginosa y tanto los instrumentos de observación ubicados en tierra como los que se sitúan en satélites proporcionan gran cantidad de datos que no solo hacen avanzar nuestro conocimiento general, sino que tienen una aplicación inmediata en nuestra vida diaria. Así por ejemplo las aplicaciones de geo-posicionamiento son posibles gracias a los equipos e instrumentos que situados en el espacio sincronizan las desviaciones que Einstein ya predijo; el estudio de la salinidad de los mares desde instrumentación embarcada en satélites permite predecir la variación de las corrientes marinas que afectan a costas y estuarios, pesca y navegación; el conocimiento de la composición de atmosferas y núcleo de otros planetas, permitirá empezar a trabajar sobre procesos de terraformación; los desarrollos de nuevos materiales, óptica y sistemas de control de grandes telescopios encuentran rápida aplicación en la vida cotidiana, etc.
Las Ciencias del Espacio que estudian y tratan de resolver los muy distintos problemas que la ausencia de atmósfera o las atmosferas exóticas representan para la vida tal como la conocemos y los equipos que hemos desarrollado, es también una parte importantísima de este Segmento que en Industria de la Ciencia denominamos Astrofísica y Ciencias del Espacio.

España juega un importante papel en el desarrollo de este segmento en el concierto mundial. El Roque de los Muchachos (La Palma, Islas Canarias) alberga uno de los telescopios más grandes del mundo, el GRANTECAN, en cuya construcción participaron y siguen contribuyendo un gran número de empresas industriales españolas; varios subsistemas del satéliteo SMOS para estudio de la tierra construidos por INDRA Sistemas, SA; uno de los primeros instrumentos que se incorporará al JWST es el MIRI (Mid Infrared Instrument) en el que ha participado el INTA y varias empresas españolas. Otros ejemplos de industrias españolas son los brazos robóticos para trabajo en el espacio, los instrumentos para grandes telescopios (MEGARA y MIRADAS), ingeniería y fabricación de estructuras (ASTURFEITO, SA; SENER, SA), aplicaciones específicas (FRACTAL, SLNE; NTE-SENER, SA; AVS, SL; etc.). Asimismo, los Institutos de Astrofísica de Andalucía y Canarias son instituciones de reputación internacional y la producción científica de los astrofísicos españoles está entre las más prolíficas e intensas del mundo.

España tiene observatorios astronómicos en La Palma y Teide (Islas Canarias), Calar Alto (Almería), Yebes (Guadalajara), Sierra Nevada e IRAM (Granada), etc.

Por ello la Industria de la Ciencia española está altamente capacitada para aportar al mercado de los grandes telescopios, radioantenas, instrumentación y equipos para satélites, y aplicaciones similares; diseños y productos del más alto nivel. La IdC española participa en la mayor parte de los grandes proyectos internacionales como país asociado y como suministrador de equipos e instalaciones completas.

La industria de la ciencia desempeña un papel crucial en el avance y la aplicación de los conocimientos en el campo de la biología y las ciencias de la vida. Las inversiones en Investigación y Desarrollo de las empresas del sector se focalizan en desarrollar nuevas tecnologías industriales destinadas a Grandes Instalaciones Científicas, pero sin olvidar, que éstas pueden ser transferidas y aplicadas en el sector Salud para participar en el desarrollo de nuevos medicamentos, tratamientos médico, biotecnología y otras áreas.

Las diferentes industrias que trabajan y desarrollan tecnologías para responder a las necesidades creciente del sector sanitario se desarrollan en grandes campos como la biotecnología, la farmacéutica, las tecnologías de diagnóstico, la agroindustria, la industria alimentaria, y la consecuente concepción y fabricación de nuevos dispositivos y herramientas para ello.

La industria de la ciencia permite así proveer el sector Salud conocimientos y capacidades de vanguardia que permiten mejoras en ingeniería genética, la producción de medicamentos biológicos, desarrollo de nuevos fármacos, vacunas y terapias, herramientas y equipos de diagnóstico como pruebas de ADN, análisis de proteínas y técnicas de imagenología médica, aplicaciones de biología molecular para cultivos genéticamente modificados, técnicas de mejora de cosechas más eficientes y sostenibles de producción y seguridad de alimentos, y para la creación de dispositivos médicos y tecnologías médicas avanzadas.

Estas avances necesitan igualmente por importantes proyectos publico-privadas, así como con instituciones académicas que permiten apoyar la investigación y el desarrollo conjunto de nuevos avances científicos y el desarrollo de Tecnologías Emergentes como la edición genética y la inteligencia artificial en la investigación biológica.

Los edificios que albergan a las Grandes Instalaciones Científicas (GICs) tienen un carácter singular y por ello precisan también conocimientos constructivos especiales. Son instalaciones en las que trabajan e investigan muchos cientos de personas con las implicaciones de gestión de recursos que ello implica.
Así, por ejemplo, los grandes telescopios ópticos requieren cúpulas que se puedan abrir o mover con gran precisión, sin vibraciones, independientemente de las oscilaciones térmicas, la presencia del viento, etc. Sus mejores ubicaciones operativas se encuentran en sitios remotos de difícil acceso que requieren obras de ingeniería especiales. Los grandes aceleradores se construyen bajo tierra por razones de estabilidad y para disminuir la influencia de la radiación cósmica; etc. En general toda Gran Instalación Científica (GIC) necesita una gran obra singular de ingeniería constructiva, además de la dotación de infraestructuras especiales de comunicaciones, gestión, seguridad, etc. Estas inversiones en ingeniería e infraestructura suponen –habitualmente- una parte muy importante del presupuesto total de construcción, así como del presupuesto anual de mantenimiento operativo. Es por ello que la Ingeniería e Infraestructuras para GICs se considera como un segmento singular de la IdC.

España cuenta con un buen número de grandes empresas de Ingeniería con capacidades y experiencia en el diseño llave en mano de Grandes Instalaciones Científicas, así como con un importante número empresas de menor tamaño, pero altamente especializadas en los desarrollos de hardware y software necesarios para la óptima gestión de esas grandes instalaciones.